¡Cartageneros, el Basket Cartagena ha muerto.!
¿Quién me iba a decir a mí que 3 años después de mi última entrada en este blog, y con todo el dolor de mi corazón que mis antiguos seguidores pueden imaginar, volvería a escribir para anunciar esto?. Supongo que después de tanto tiempo y perdidos los créditos que me otorgaba mi posición, discreta y humilde pero al fin y al cabo posición, dentro del microcosmos del baloncesto de nuestro entorno, o ya casi nadie lo leerá, o si lo hacen a pocos les importará mi opinión. Pero como resulta que este blog sigue siendo mío y yo sigo siendo un deslenguado, a pesar de mi ausencia, voy a tratar de contar cual es la situación del CBC, siempre claro está desde mi punto de vista y por su puesto también desde el cariño.
Con gran esfuerzo y dedicación por parte de todos los que hasta la temporada 2014-15 y desde la fundación del club en 2007 tuvimos algo que ver en su trayectoria, luchando contra los elementos, rescatando a personas importantísimas que en otras épocas se quedaron por el camino, limando asperezas y cicatrizando viejas heridas de guerra, conseguimos compactar un club que, aunque pobre, supimos hacer de él un lugar para soñar, donde las opiniones y posturas de todos contaban, y donde cada temporada superaba a la anterior tanto en éxitos deportivos como en ilusión. Soy consciente que es muy difícil contentar a todo el mundo, pero los resultados ahí están: en la temporada 2014-15, última en la que tuve el honor de participar como vicepresidente del club, nuestros equipos senior masculino y femenino alcanzaron la liga de ascenso, tuvimos un campeón regional masculino y tres finalistas, y como siempre, nuestros equipos femeninos junior, cadete, infantil etc etc se alzaron con el título de campeonas regionales, algo a lo que ya nos tenían acostumbrados, no por ello dejó de emocionarme también ese año.
Antes de nada quiero dejar por escrito en estas líneas, ya que creo que es importante y tal vez a algunos amigos que se sintieron abandonados les resulte al menos aclaratorio, los motivos por los que el pasado mes de junio, tras finalizar tan brillantemente la temporada, presenté mi dimisión como vicepresidente. Lo voy a contar tal y como fue, aunque seguro que a alguien no le guste:
Una mañana próxima a San Juan recibí la llamada de nuestro presidente, Pedro Collados, en la que me anunciaba que tenía un tema urgente que tratar conmigo. Acudí a dicha reunión, junto con Antonio Albaladejo (Secretario) y el entonces director deportivo Paco Guillem, actual creo que Director-Gerente o Presidente General o tal vez Ilustrísimo Decano, no sé, lo que si es seguro que verdugo ejecutor del club. En dicha reunión el presidente nos anunció que un grupo de personas "próximas a la dirección deportiva" (esto lo apunto yo), descontentos con el trabajo que desde la directiva se estaba realizando pues ya llevaban algunos meses antes de reuniones clandestinas y conspiraciones, proponía acceder a la directiva y trabajar por el club, con la condición de que tanto el secretario como el vicepresidente dejaran no solo sus cargos, también la directiva (pensé en ese momento que tal vez les debíamos caer gordos o algo de eso, aunque luego cuando supe de quién se trataba entendí que no se trataba de eso, ya que a ninguno de ellos tenía el placer de conocerlos personalmente). Entendí en el transcurso de la conversación que dado que venían amparados por una firma melonera, la cual iba a traer riqueza y agua para todos, pues que quisieran ellos hacerse cargo de su gestión, que para eso el que pretendía ocupar mi puesto había hecho la gestión. Como creí ciegamente en esas palabras, ya que me las decía no solo mi presidente, sino también mi amigo Pedro Collados y él se mostraba conforme, a la vez que pensé que esto era precisamente lo que el club necesitaba ya que si hasta ahora no habíamos dado un paso de calidad había sido solo por falta de presupuesto, pues accedimos esa misma mañana a presentar por escrito nuestra renuncia. Esta es la única y pura verdad.
Aclarado esto, creo que ya no hay que contar aunque yo lo voy a hacer, que aquella no fue la gran oportunidad del CBC, sino la gran mentira. Ni melones, ni dinero, ni promociones, ni ascenso, ni nada de nada. Fue ni más ni menos que un golpe de mano amparado en la mentira del Sr. Guillem para rodearse de sus amigos en la directiva y quitarse de en medio a las moscas cojoneras: al Secretario por su enemistad manifiesta hacia él, y al vicepresidente por ser, y cada día estoy más convencido de ello, el defensor y patriarca de todo lo que en el club oliera a equipos femeninos, así como mi posición en la toma de decisiones de la directiva.
Una vez tomadas las riendas de las decisiones y ejecuciones por parte del mencionado, y sabiendo como sé que a él solo le interesa el baloncesto masculino, era cuestión de tiempo que sucediera lo que tristemente esta semana ha sucedido: la destitución, cese, expulsión o como quiera llamarle, de una de las personas más importantes y valiosas que han pasado y pasarán por el Basket Cartagena: la entrenadora Laura Belmonte.
Laura, para quien no la conozca, es una mujer hecha de otra pasta. Luchadora, inteligente, trabajadora, muy bien formada y capacitada para su labor como entrenadora, ambiciosa que le gusta ganar hasta en los entrenamientos, que ha cosechado múltiples éxitos tanto con nuestro club como en su labor de seleccionadora regional, pero sobre todo persona de club entregada a sus jugadoras, por las que lucha y a las que defiende caiga quien caiga, y que no solo las forma como jugadoras de baloncesto, también como personas a las que quiere y admira. Esa es la Laura Belmonte que yo he conocido y admiro, y a la que siempre he considerado un lujo tener como entrenadora del club y como amiga.
Con Laura lógicamente cae su entorno, sus amigos entrenadores y supongo que también la persona que le enseñó todo lo que sabe de baloncesto, Eugenio Alcaraz, a quien admiro y tengo el privilegio de tener entre mis amigos. Eugenio es sin duda el número 1 del baloncesto femenino en nuestra región.
Volviendo al título de esta entrada, no hace falta creo ya aclarar que si en estas condiciones te cargas a las personas que más gloria le han dado al club y más han luchado y peleado por ponerlo en el lugar donde están, te estás cargando también los cimientos de un club que más pronto que tarde se derrumbará por inhalición. Justificas la decisión por unos motivos mezquinos que nadie que conoce a Laura se cree. Está claro que lo que quieres es quitarte de en medio a los equipos femeninos para poder centrarte en tu sueño, ser el dueño y señor de un equipo de hombres y para hombres.
Solo me queda desear suerte a mis amigos, Laura, Eugenio, José Raul... y deciros que siento mucho no haber estado ahí con vosotros para evitar este desastre. Un abrazo.