ALTEC C.B.C.: 72 CANOW CARAVACA: 51 |
Los primeros pobladores Íberos, hace más de dos mil quinientos años, sentaron las bases del noble pueblo de Caravaca que, a lo largo de su historia, ha sido enriquecido por las distintas culturas de sus invasores, enamorados de su privilegiado entorno, de sus pastos y sus fuentes de agua cristalinas. Primero los romanos, que tras vencer a Cartago en la II Guerra Púnica se asentaron en la zona, en convivencia con los Íberos, dejando sus imborrables huellas como el puente de El Piscalejo. Posiblemente el Pacto de Teodomiro en el 713 abrió el camino a los musulmanes, los cuales también se asientan en la zona hasta ya entrados en el siglo XI.
Pero si hay una parte de la historia que define a este pueblo es la referida a su relación con la Vera Cruz. Y su custodia estuvo en manos de la Orden del Temple desde 1266 hasta su disolución en 1312.
Lo intuíamos, no se puede ser heredero de los mismísimos templarios y no ser aguerridos al tiempo que discretos y nobles. Desde el Noroeste de la región, casi frontera con el reino de Granada, llegaron hasta orillas del Mediterráneo acompañados de apenas media docena de familiares. También su número era reducido, apenas 9 templarios con su exigente al tiempo que reconocido entrenador y su ayudante.
Tal vez este extremo les llevó a clavarse su propio aguijón, como el escorpión. Vinieron a hacer su propia Cruzada, llevados tal vez por los rumores de piratería en la costa. Algo de rencor o sed de venganza, ya sabemos que los rumores no son buenos... se cuenta que a orillas del Mediterráneo hay un conato de anarquía, o tal vez rebeldía, sacar los pies del tiesto que se dice por estos lares, en contra de los intereses de la Orden, que un día dio prebendas y ahora exige colaboración.
Todo ello unido a creer en sus propias posibilidades, que realmente las tienen, les hizo en la tarde de ayer extender sus credenciales sobre la pista Salvador Rosique de nuestro pabellón Virgen del Carmen, en este caso custodiado por la Orden del Corsario.
La derrota de la jornada anterior ante Capuchinos ha puesto en pista la sombra de la pérdida de la autoestima. Tal vez aquellos también tuvieran algo que ver con la Orden, y dos derrotas seguidas nos habría hecho claudicar. Es cierto que los mejores caravaqueños, merecedores sin duda de entrar en la Orden, incluso de viajar al reino de Córdoba, han puesto el 120% para demostrar que si están es porque se lo merecen. Pero no es menos cierto que se han marchado al Santuario con 21 puntos en contra ante plebeyos en rebeldía, lo que pone un poco los acentos a este texto sin normas gramaticales.
"Que...vorde era mi valle".
ResponderEliminar"Bordesico" dicese de la forma de hablar del cartagenero , que aprovecha cualquier circunstancia para soltar con gracejo una pulla (o puya, que también es correcto), ...
...aunque sea adoptivo.
Hubo una época, hace no muchos años, en la que una generación de bravos guerreros cartagineses descendientes del gran Hanni-baal, reforzada con elementos de origen celta no menos bravos, decidió cambiar el orden establecido en el Reino de Murcia. En sus continuas razzias derrotaron uno tras otro a los escasamente pertrechados ejércitos de las comarcas, desde el Altiplano al Bajo Guadalentín, y desde el Noroeste hasta la Marca del Reino de Valencia. Su superioridad era tal, que hasta el ejército más poderoso del Reino, el de la misma ciudad de Murcia sucumbió ante semejante exhibición de fuerza.
ResponderEliminarPero no dispuestos a perder su supremacía, los de la ciudad de Murcia decidieron reforzar su ejército, y para ello enrolaron en sus huestes a los mejores guerreros del Reino, incluso a alguno de reinos vecinos. Pero por si eso era insuficiente, no dudaron en debilitar al ejército invasor contratando como mercenarios a algunos de sus mejores caudillos.
Desde esos días, aquella horda que causaba pavor por los campos de batalla fue cayendo en la decadencia, y aunque sus soldados siguen siendo muy temidos por su ferocidad, ahora son más vulnerables, y llegan a caer derrotados con estrépito por un ejército menor de monjes guerreros (Capuchinos). Actualmente, ya ni siquiera nuestro Rey Felipe cuenta con ellos para empresas allende nuestras fronteras.
¡Hola Jesús!
ResponderEliminarSólo comentar, que esta entrada es una de las mejores y más bonitas que he visto en este mundo bloguero, y que el comentario de Jabato aún amplía más esa belleza histórica. Si sigues en esta linea de la Historia, cuenta con que tienes en mí a uno de tus mayores admiradores.
Un abrazo desde el otro lado del Puerto de la Cadena.
Muchas gracias por vuestros comentarios. Sólo decir que en mi opinión Capuchinos es el más claro ejemplo de que trabajando bien y sin interferir en el trabajo ajeno se pueden conseguir cosas muy interesantes. Pienso que su mayor preocupación es contribuir a la educación integral de sus jugadores por medio del deporte, en este caso el baloncesto, dando un gran ejemplo de saber estar tanto en pista como fuera de ella.
ResponderEliminarCuentan las crónicas, estimado Jesús, que la ciudad de Córdoba tuvo una población de 200.000 personas en la Edad Media, cuando Londres y París no dejaban de ser aldeas de 10.000 ó 15 habitantes. Además, se habla de califas rubios y de ojos azules, lo que explicaría algunas apreciaciones históricas que cuantifican en no más de 100.000 personas de religión musulmana las que cruzaron el Estrecho de Gibraltar en 8 siglos, que se superpusieron, en la escala social, sobre una población de varios millones de origen hispanoromano.
ResponderEliminarTambién cuentan las crónicas, en este caso las árabes, que la batalla de Guadalete se desarrolló en Sangonera La Verde. Pero parece que hasta ahora, hemos bebido de la documentación de los reinos cristianos despreciando las fuentes árabes, musulmanas o hispanomusulmanas, como gustes.
Lo que si es cierto, es que de cara a la Modernidad, y más concretamente al cálculo mercantil, turístico o como se quiera, Caravaca de La Cruz lleva camino de emular la gran construcción mediática medieval que convirtió el Campo Estelado gallego en el sepulcro del Apóstol santiago, haciendo algo parecido, autovía y vías verdes por medio, con su, por otro lado preciosa, Cruz.
No obstante, querido Jesús, no siendo cartagenero, considero que los estandartes de la tres veces milenaria ciudad de Cartagena, sus monumentos y grandeza romana tienen una elegancia y una certeza de veracidad y autenticidad que nunca tendrán las florituras y adornos que intentan crear misterio y gloria, siempre en clave mercantil, del origen de una, por otro lado preciosa, Cruz (de Caravaca).
Felicidades por la victoria.
Vamos Jesús, despierta que la cosa se ha puesto en marcha y ya se echa de menos tu pluma por estos blogs de Dios.
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