DE LAS RUTINAS...

BASKET CARTAGENA: 87

ACG MOLINA BASKET: 61

Aquí todo sigue igual, como en la jungla. El mono sigue colgado por la cola de la rama más alta mientras desparasita a la mona, la cual está siendo pintada por un chimpancé, que se rasca el escroto con la otra mano mientras sostiene con la diestra el pincel. Así es la jungla. Nada cambia ni se experimenta transformación física alguna, ya que seguimos manteniendo las propiedades originales de la sustancia debido a que las moléculas de este equipo tampoco se han modificado. Y es curioso porque aquellos que diariamente les vemos entrenar sabemos lo que trabajan y lo que experimentan, pero cuando llega la hora de llevar a la práctica ese trabajo aparece el sestero o canguele y se fastidió.

 

A pesar de ello seguimos ganando sin apuros, lo cual nos lleva a pensar que no se estará haciendo todo mal. Está claro que el mister insiste una y otra vez en el juego de equipo, con jugadas elaboradas y ensayadas una y otra vez, y que sin duda cuando estén escrupulosamente conjuntados darán sus resultados. Se huye del individualismo tan vistoso y a veces tan efectivo, por lo que es posible que a los ojos del público su juego no sea tan entretenido.

 

No obstante es posible que se acerque el momento en el que el dueño de la botica decida que llegó la hora de pasar a las transformaciones químicas o búsqueda de reacciones. Y es que entre los cambios físicos y químicos existen notables diferencias que me vienen al pelo para establecer mis a veces absurdas comparaciones:

• Los cambios químicos van acompañados por una modificación profunda de las propiedades del cuerpo o cuerpos reaccionantes; los cambios físicos dan lugar a una alteración muy pequeña y muchas veces parcial de las propiedades del cuerpo.
• Los cambios químicos tienen casi siempre carácter permanente mientras que, en general, los cambios físicos persisten únicamente mientras actúa la causa que los origina.
• Los cambios químicos van acompañados por una variación importante de energía mientras que los cambios físicos van unidos a una variación de energía relativamente pequeña.

Tal vez ahí esté la clave, en la energía, también llamada sangre que corre por las venas, que cuando hierve se nota. Y alguna que otra vez la hemos visto correr, y estoy seguro que pronto la veremos en cada encuentro, sobre todo cuando empiecen a aparecer por aquí los cocos.

 

Al margen de lo divino y volviendo a lo mundano, hoy hemos tenido una baja importante. Se trata del incombustible Álvaro Pérez, amigo de la casa donde los haya, que ha sido víctima de una fortuita torcedura de tobillo. Está siendo sin duda uno de los jugadores clave esta temporada, prueba de ello es que ha pasado de la "cuerda floja" en la que anduvo en otras épocas a ser el jugador con más minutos en pista en lo que llevamos de campaña. Se adapta perfectamente al estilo de juego del mister, tanto por la sangre que le hierve como por lo disciplinado y eficaz que está demostrando ser. Por eso y por lo que lo queremos, desde El Otro Basket le deseamos una rápida recuperación.

 

 

Donde sí que parece que algo pasa es en el Noroeste de la región. La inexpugnable cancha de Caravaca ha visto como por segunda vez consecutiva han pasado a su equipo por la quilla. Esta vez ha sido Infante el equipo que ha vencido con una holgada diferencia. No he visto el partido en el que ha podido pasar de todo, pero a la vista del resultado o a los caravaqueños les han pillado por sorpresa y se les han olvidado los tambores o es que Infante está respondiendo a las expectativas que la mayoría teníamos de ellos. Está claro que este equipo es el más completo de la competición, aunque como hemos leído en algún comentario de una entrada  anterior, hay que esperar a la segunda vuelta que seguro va a ser muy apretada y emocionante.

 

REPORTAJE FOTOGRÁFICO DEL PARTIDO

(Autor: Antonio Céspedes)