jueves, 20 de mayo de 2010

EN DEFENSA DE LA EVOLUCIÓN NATURAL...

Antes de proceder a la lectura de esta artículo, sería recomendable escuchar esta grabación, que aviso está realizada a principios del siglo XX, por lo que es bastante pobre:



Se trata de la única grabación existente conocida de un "castrati", Alessandro Moreschi, el último castrato, interpretando la pieza AVE MARIA de Gounod.

Ahora, si os parece, escuchemos esa misma bella obra interpretada por Alfredo Kraus en los años 50.



En la Europa del siglo XVI, la iglesia prohibió que las mujeres cantaran en los coros de las iglesias, pero había un problema: las misas con coros se habían convertido en un espectáculo del que disfrutaba todo el pueblo y cantidad de músicos componían piezas para estos eventos. Entonces… ¿Cómo prescindir de los tonos agudos de la voz de las mujeres?

Por ese motivo, en todas las cortes Europeas se impuso la “moda” de los Castrati, que no eran otra cosa que niños varones, que apuntaban maneras en su voz, a los que se castraba, es decir, se les amputaba los testículos. Mediante esta técnica se conseguía que, luego de adultos, mantuvieran una tesitura aguda capaz de interpretar voces características de papeles femeninos.

¿Eligieron ellos, cuando niños, ser castrados para así conseguir prolongar en el tiempo su pueril voz? ¿O simplemente, en su entusiasmo alcanzado por el "¡qué bien cantas!", se dejaron llevar por las aspiraciones de padres o tutores en ruta hacia la gloria?. Es importante saber que no a todos los castrados se les desarrollaba correctamente la voz y la mayoría terminaron en la pobreza y mutilados de por vida, lo que los conducía a pasar por “apestados” durante su existencia y más allá, ya que al no estar “completos” la Iglesia les rechazaba para ser enterrados en tierra sagrada.
 
La primera audición, aunque de mala calidad en cuanto a sonido, nos muestra la tristeza de quien ha perdido la ilusión, de quien ha cambiado sueños por adulteración de su evolución natural. Quizás durante algún tiempo hizo felices a sus progenitories, a su público tal vez unas horas, a él mismo durante unos años.
El gran Kraus nos interpreta la misma pieza con la sencilla maestría de quien ha evolucionado su voz conforme a su experiencia y rango, en condiciones naturales, con los años, con la misma vida. De no triunfar como lo hizo cantando, habría sido un estupendo maestro, o un respetable trabajador de banca o construcción, qué más da, seguro que una persona feliz.
 
Quizá os parezca una temeridad establecer un paralelismo comparativo entre esta salpicada historia de castratis y la de nuestros niños/jugadores de basket. A veces, cuando más felices son entre los suyos, en su pueblo, jugando al basket con sus amigos de siempre, son apartados llevados por entusiasmos, a menudo ajenos, para ir a la capital (pongamos como ejemplo de Villalgordo del Júcar a Albacete) y convertirse en cuasi felices del todo, y para que alguien de una generación por encima diga con la boca llena: - Mi hijo juega en el Murcia... si es de Yecla, o en el Paratinaikos si vive en el Pireo.
 
Todo el mundo sabe, y cuando digo todo el mundo quiero decir eso, que cada 3 ó 4 generaciones de jugadores murcianos, tal vez uno de ellos triunfe en los "coros" de LEB / ACB.
 
Y esos son muchos testículos cortados para poca voz.
 
 

2 comentarios:

  1. Recuerdo cuando los chicos del 95 eran alevines. El equipo de mi hijo se enfrentó al entonces intratable CAB Cartagena en dos ocasiones, el resultado fue derrota por KO en ambos partidos. De aquel equipo recuerdo a tu hijo, al hijo del entrenador, y a un tal Sergio, un portento físico que era con diferencia el mejor jugador de la categoría. Creo que hoy día ese chico sigue siendo bastante bueno, pero ya no es el jugador que hizo del CAB Alevín el mejor equipo de la categoría, hay jugadores que le han adelantado. Y mi pregunta es, ¿vale la pena el sacrificio de hacer kilómetros y kilómetros desde Cartagena para entrenar en el C.B Murcia, cuando además se pertenece a un muy buen club y se juega en un muy buen equipo?.

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  2. Estimado amigo, al margen de lo que cada uno opine, el baloncesto forma parte de la educación de nuestros hijos, o al menos eso es lo que yo considero y observo en las familias que me rodean, y lo que está claro es cada madre/padre es muy libre de elegir la opción que considere más acertada para sus hijos. Otra cosa es lo que yo haría o dejaría de hacer, libertad de elección ante todo. Para mí no merece la pena y no lo haría bajo ningún concepto, pero tal vez alguien piense que tampoco he tenido la oportunidad... Aunque creo que tengo claro que no lo haría.

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