COMO DECÍAMOS AYER...

Tras cinco años entre rejas, Fray Luis de León continuó así con sus clases en la Universidad de Salamanca como si su ausencia durante este tiempo no hubiera significado nada.

Este humanista, religioso y profesor agustino, fue encarcelado por la inquisición, allá por el siglo XVI, por traducir algunos textos prohibidos, tras haber sido denunciado más por envidias y rencillas que por otras cosas. Finalmente fue absuelto y a su regreso a clase pronunció las tantas veces repetidas y recordadas palabras.

Ni yo soy Fray Luis de León (Dios me libre) ni pretendo comparar mis seis meses de ausencia con el lustro de encarcelamiento del fraile, dado que la suya privó a cientos de sus alumnos de adquirir conocimientos procedentes de la más alta intelectualidad del momento, y la mía simplemente ha supuesto que unos cuantos amigos y/o algunos otros no tanto, hayan dejado de carcajearse o mosquearse, según se mire, de mis insignificantes ocurrencias.

En lo que sí coincidimos el fraile y yo es en que ambos hemos sufrido una privación de libertad. La diferencia está en que él la sufrió por la estupidez ajena y yo por la mía propia. Tal estupidez me impuso semejante penitencia y en ella me instalé, y lo que es peor, me acomodé. No quiero que esto parezca una excusa con la cual quiera eludir o disculpar mi deber u obligación de alimentar el blog. Simplemente me apetece compartir los motivos que han provocado este larga ausencia, sufrida por unos pocos y agradecida por muchos otros.

   Y fue casualmente también entre religiosos donde tomé la decisión de gandulear por una temporada. Esta banda de quinceañeros que lucía los colores del CBC luchaba por un puesto en la final a 4. El equipo de Maristas no se lo iba a poner fácil, estaba claro, pero lo que no podíamos  imaginar era que otra actuación arbitral (ya arrastrábamos el penoso y barriobajero arbitraje de Caravaca) cortara de forma tan radical las aspiraciones de este equipo, que dicho sea de paso había realizado una pésima temporada, instalados tal vez en la relajación y la vida contemplativa. Como no sólo los árbitros habrían cobrado de haber tomado las teclas para contarlo (alguno más se habría llevado lo suyo), decidí no meterme en más charcos dado que la temporada estaba finiquitada.

  Las coincidencias de la vida me sitúan de nuevo en el mismo escenario, y han querido que sea el día de mi "estelar" reaparición (estelar de estela que no de estrella) el que tenga que narrar un nuevo episodio de un desaguisado, tristemente protagonizado por otro árbitro. Ya me gustaría no tener nada que ver con esta imagen de justiciero de los del pito, pero lo que sí tengo claro  es que de nada sirve estar calladito y dar imagen de niño bueno que se las traga como puños.

 En una entrada anterior hice promesas y arrepentimientos, incluso acto de contricción e imposición de propias penitencias, todo ello en torno a mis comentarios o artículos que algo tuvieran que ver con las actuaciones arbitrales. Y como sucesor que soy de bárbaros invasores, declaro hoy, una vez más, mi insumisión hacia mis propias promesas. Matizo por otro lado que entenderé y comprenderé los malos arbitrajes procedentes de bisoños jueces con ganas de protagonismo. Con lo que no estoy dispuesto a comulgar es con el descaro y la insolencia de personas con evidente animadversión hacia equipos cartageneros por el hecho de serlos o el efecto contrario con equipos adversarios por pura amistad o connivencia.

  Y todo esto no solo va por tí, que enseñaste ayer el plumero en el difícil parqué de La Merced. Va también por el que agredió de semejante forma la honestidad de nuestro  Cadete-97 en Mazarrón,  o despreció gravemente el trabajo bien hecho de nuestro Cadete-96 en la siempre hostil cancha archenera. Por otro lado estoy seguro que los encargados del reparto de árbitros para los compromisos del fin de semana conocen bien el ganado con el que labran, por ello les exijo que hagan su trabajo con honestidad: ¿En qué cabeza cabe que un partido en Mazarrón lo  dirija un árbitro de Mazarrón?, o ¿cómo es posible que en Caravaca sea el cretino "sacadedos" de siempre el que pite?. Esto hay que arreglarlo, no puede ser que todos los fines de semana tengamos la misma historia, y que siempre seamos los mismos los que paguemos el pato. Así que va también por vosotros, poner de vuestra parte lo que sabéis que podéis hacer y veréis cómo este tipo de comentarios y/o críticas cesan de inmediato. Yo por mi parte tengo la veda abierta y aviso que estoy muy sensible y harto con este tema.

  En cuanto al partido decir que considero que el resultado  final del mismo ha sido totalmente justo. El equipo de Maristas está claramente un punto por encima del CBC, que dicho sea de paso está trabajando duro y creemos que en pocas jornadas estará listo para dar guerra. Es por ello que el enfado sea mayor, ya que estamos seguros que no habrían necesitado ningún tipo de ayuda para llevarse la victoria y habríamos visto un partido más igualado y divertido.

MARISTAS GRUPO GENERALA: 68

BASKET CARTAGENA: 48

  En otro orden de cosas, y para los seguidores de "cocina con el otro basket", os diré que el hecho de que el cierre temporal haya coincidido con el de "el otro basket" ha sido una pura casualidad, ya que en este caso he pasado un tiempo "investigando e innovando", como Ferrán Adriá ha hecho con el Bulli. Es lo que tiene no tener que comer con lo que uno gana con el blog.

 Como véis, el espectáculo continúa... gracias por estar ahí y espero vuestros "guerrilleros" comentarios.