domingo, 17 de enero de 2010

FÍSICA Y BALONCESTO.

CADETE MASCULINO – Grupo “C”

10ª Jornada: Sábado, 16 de enero de 2010

Q8 OILS ELIOCROCA: 33
ALTEC C.B.C.: 70

El pensamiento y el raciocinio nos distinguen, a veces, de otras especies animales.


Así nos encontramos, allá por el siglo XVII, con un continuador de ciertas corrientes de buscadores de la verdad como es Isaac Newton. Dicen, también hay que tener algo de paciencia y otras cosas para creérselo, que dándole vueltas a una manzanica, que si la tiro, que si la suelto, dio con la ley de la gravedad. Descubrió que la fuerza de atracción entre la Tierra y la Luna era directamente proporcional al producto de sus masas e inversamente proporcional al cuadrado de la distancia que las separa, calculándose dicha fuerza mediante el producto de ese cociente por una constante G.; al extender ese principio general a todos los cuerpos del Universo lo convirtió en la ley de gravitación universal. Como diría un paisano, manda huevos.



Un par de siglos después, otro que no tenía abuela, de nombre Alberto, más conocido por Sr. Einstein, tras varios intentos fallidos de acomodar la interacción gravitatoria con la relatividad, descubrió que la gravedad no es una fuerza común, sino que es consecuencia de que el espacio-tiempo se encuentra deformado por la presencia de masa (o energía, que para el caso viene siendo lo mismo). Con esto dedujo que los cuerpos como por ejemplo la misma tierra, no se mueven en órbitas cerradas porque exista la gravedad, sino que se mueven en algo parecido a una línea recta, pero en un espacio-tiempo que se encuentra deformado por la presencia y acción del sol. Y se quedó tan tranquilo.




Extrapolando estas consideraciones al microcosmos del ALTEC C.B.C. Cadete-95 que nos ocupa, debemos avanzar otro siglo para toparnos con el último koala, quien también dio vueltas y lanzó un objeto, pero esta vez fue una pelotica. Se trata de un biopsicólogo aficionado capaz de combinar las leyes  gravitatorias de los que le antecedieron en su misma corriente, con el estudio de la evolución hormonal preadolescente, todo ello aplicado a las técnicas del B A L O N C E S T O. Este tecnólogo de nombre Marcelino, desarrolla en la cancha con extrema habilidad una teoría acuñada en el tiempo entre Einstein y la contemporaneidad: “Las gallinas que entran por las que salen”.

Esto así dicho no tendría ningún sentido si no establecemos relaciones. La gravedad para el señor Solana nada tiene que ver con la fuerza de atracción entre la tierra y la luna. La gravedad es que sea la línea de pase la deformada en lugar del espacio-tiempo. Este estado gravitatorio rápidamente lo convierte en la constante, que en lugar de G él llama L, esto es, Líneas para el Lunes. Nada importa la presencia del rey Sol. Lo que deforma el espacio es la mala colocación en pista de los satélites, así como su ahorro voluntario de energía. Ahí es donde interviene su teoría de las gallinas, que para eso está el banquillo: unas entran y otras salen.


No sé si se ha notado que el partido de hoy ha sido ciertamente aburrido, a pesar de que el resultado haya sido favorable. Los lorquinos a lo suyo, y los nuestros a contagiarse del juego torpe y sin orden. Recupero, ataco y fallo… o anoto, dependiendo de la casuística.

Por cierto, atendiendo a una petición parental, dejo constancia de cómo un complejo deportivo como el que hemos estado esta mañana, puede desmerecer un encuentro de basket, por muy de cadetes que sea. Estupendas instalaciones, marcadores electrónicos reglamentarios, pista central para lucirse, y los ponen a jugar de cara a la pared, en un extremo de la cancha, con apenas 50 centímetros de separación entre la línea de banda y el muro, y sin utilizar los medios electrónicos.

1 comentario:

  1. Muy buena "Tu crónica" tocayo, veo que has sacado a pasear un lapiz bien afilado.

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